Licor tradicional de avellanas silvestres tostadas sumergidas en alcohol junto con bayas y especias. Recibe su nombre del monje que vivía en una ermita del Piamonte en el año 1600. La botella misma representa los hábitos de los frailes franciscanos. De textura agradable y sabor delicado pero definido de avellanas con notas de vainilla y chocolate amargo. Un regusto suave y largo con nota aromática. Volumen Alcohólico 20%.